El mundo, en uno de los momentos de mayor riesgo por virus emergentes.

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El mundo, en uno de los momentos de mayor riesgo por virus emergentes.
El mundo, en uno de los momentos de mayor riesgo por virus emergentes.

2 de Diciembre, 2025-Creciente preocupación de parte de infectólogos y vacunólogos-"Es el peor momento desde la pandemia de Covid‑19, pero la vigilancia internacional y la preparación política siguen siendo parciales, desiguales y, en muchos casos, en retroceso", se quejan.

Además de H5N1, hay varias amenazas claras (nuevos coronavirus, gripe por otros subtipos, patógenos zoonóticos y bacterias multirresistentes) que exigen sistemas de alerta y coordinación mucho más robustos de los que hoy existen.

"No es momento para bajar la guardia"

   Las frases "la vigilancia global está fragmentada" y "los gobiernos no están haciendo previsiones cuando hay que hacerlas", dijo por ejemplo el pediatra e infectólogo español Federico Martinón‑Torres, referente en vacunas y miembro de grupos asesores de la OMS. Martinón advierte que, tras la Covid‑19, muchos países desmantelaron parte de la infraestructura de vigilancia y preparación pandémica, al mismo tiempo que se multiplican señales de alarma por virus zoonóticos como la gripe aviar H5N1.

   Su crítica se dirige a que la memoria política es corta: mientras la comunidad científica refuerza la necesidad de vigilancia continua y preparación (secuenciación, stock de vacunas, planes de respuesta), la inversión y la atención pública se desplazan a otras prioridades. Para estos expertos, "hacer previsiones cuando hay que hacerlas" significa invertir antes de que estalle la próxima crisis, no después.


H5N1: por qué preocupa tanto

  La gripe aviar altamente patógena H5N1 lleva casi tres décadas circulando en aves y, en los últimos años, se expandió de forma inédita a mamíferos (incluyendo ganado lechero en EEUU), lo que aumenta las oportunidades de mutación y adaptación al ser humano. Aunque los casos humanos siguen siendo escasos, la letalidad registrada cuando infecta personas es muy alta y, a diferencia de la COVID‑19, no hay inmunidad previa amplia en la población.

   Organismos como la OPS/OMS y grupos académicos señalan que el riesgo inmediato de una pandemia por H5N1 es "aún bajo, pero real", con el matiz clave de que el escenario de riesgo podría cambiar rápido si el virus adquiriera transmisión sostenida entre humanos. La preparación hoy incluye prototipos de vacunas, antivirales eficaces y una red de laboratorios que vigilan brotes en aves, granjas y humanos expuestos, pero esa red es desigual entre regiones.

Otros virus emergentes y amenazas "dormidas"

   Los especialistas no miran solo a H5N1:  

• Otros subtipos de gripe aviar (H7, H9) y variantes de gripe porcina con potencial zoonótico siguen apareciendo en granjas y humedales.

• Nuevos coronavirus y paramixovirus identificados en murciélagos, roedores y otros reservorios se consideran "candidatos" a futuros saltos de especie, en un contexto de deforestación, cambio climático y agricultura intensiva.

• Patógenos bacterianos emergentes y la resistencia a antimicrobianos (RAM) son ya una amenaza pandémica silenciosa: la OPS advierte que la RAM incrementa la mortalidad por infecciones comunes y complica cualquier futura crisis viral.

   En América Latina, además, persisten virus "no tan emergentes" como dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla, que se expanden con el calentamiento global y la urbanización desordenada y pueden desbordar sistemas sanitarios frágiles. Esta "superposición" de riesgos hace que una nueva pandemia no llegue sobre un terreno vacío, sino sobre países ya tensionados por otras enfermedades infecciosas.


Por qué la vigilancia global está fragmentada

   Los análisis de salud global describen la vigilancia epidemiológica mundial como un "patchwork": hay islas de excelencia (redes de laboratorio bien financiadas, países con fuerte capacidad de secuenciación) conviviendo con grandes vacíos en regiones de alta biodiversidad y riesgo zoonótico. La financiación depende a menudo de proyectos cortos, donantes externos o ciclos políticos nacionales, lo que genera discontinuidades justo cuando se necesita monitoreo continuo.

   La falta de integración también se ve en:  

• Flujos de datos incompletos o lentos hacia la OMS y redes regionales.  

• Marcos legales y políticos que dificultan el intercambio rápido de muestras y secuencias (por debates sobre soberanía de recursos genéticos, patentes, etc.).

• Tensiones geopolíticas que erosionan la confianza y llevan a algunos gobiernos a minimizar o demorar la notificación de brotes.

Ejemplos de avances y brechas

   En el Cono Sur hay avances concretos: por ejemplo, la Argentina fue reconocida recientemente por un estudio en Emerging Infectious Diseases por su papel en la vigilancia de Streptococcus suis, una zoonosis emergente vinculada a la producción porcina, dentro del enfoque "Una Salud". Ese trabajo coordinado entre el Malbrán y socios internacionales se presenta como modelo de cómo combinar vigilancia humana, animal y ambiental para anticipar problemas.

   Sin embargo, incluso en países con buenas capacidades técnicas, especialistas reclaman políticas de Estado más estables y financiamiento sostenido para redes de laboratorios, genómica, vigilancia en granjas y humedales, y planes de preparación pandémica que incluyan logística de vacunas, insumos y comunicación de riesgo. Esta distancia entre las capacidades científicas disponibles y las decisiones políticas efectivas es lo que da sentido a la crítica de que "los gobiernos no están haciendo previsiones cuando hay que hacerlas".

Insisten en la advertencia

   Los especialistas reclaman que no se descuide la vigilancia epidemiológica y el control de enfermedades infecciosas y zoonóticas, destacando la resistencia a los antimicrobianos (RAM) y la amenaza de la gripe aviar. 

   Todos los implicados en el sector sanitario enfatizan el liderazgo técnico-científico de Argentina a través de instituciones como ANLIS Malbrán, reconocida internacionalmente por su sistema de vigilancia de patógenos como Streptococcus suis, y llaman al gobierno a evitar su desfinanciamiento. 

   Llaman también a mantener la colaboración internacional, especialmente con la OPS/OMS y los CDC, fundamentales para fortalecer las capacidades de respuesta regional, como se evidencia en la Red de Acción Global en Salud contra la RAM entre la Argentina y Chile.

   Expertos advierten sobre el riesgo de futuras pandemias (incluida la gripe aviar H5N1) y la necesidad de una mejor preparación global y de una integración regional bajo el enfoque de Una Salud, mientras que otros critican el manejo previo de la pandemia de Covid-19 en la Argentina. El aumento de la RAM es señalado como un problema global grave exacerbado por el uso excesivo de antibióticos tanto en humanos como en la producción animal.

Fuente: diarionorte.com

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