El Día Mundial contra la Hepatitis se celebra cada año el 28 de julio para sensibilizar sobre la hepatitis vírica, una inflamación del hígado que causa enfermedad hepática grave y cáncer de hígado.
Las hepatitis B y C causan lesiones hepáticas y cáncer sin que el afectado se percate de la enfermedad.El tema de la edición de 2025 según estableció la Organización Mundial de la Salud (OMS) es "Hepatitis: conozcámosla para combatirla" y aboga por la adopción de medidas urgentes para desmantelar las barreras financieras, sociales y sistémicas, incluida la estigmatización, que se interponen en el camino de la eliminación de la hepatitis y la prevención del cáncer de hígado.
Las hepatitis B y C crónicas, pese a ser prevenibles y tratables -y, en el caso de la C, curable-, causan, sin que los afectados lo adviertan, lesiones hepáticas y cáncer. El tema insiste en la necesidad de simplificar, ampliar e integrar los servicios relacionados con la enfermedad (vacunación, prácticas seguras de inyección, reducción de daños y, sobre todo, pruebas diagnósticas y tratamiento) en los sistemas nacionales de salud.
La campaña es un recordatorio de que se debe actuar ahora para ampliar el acceso, integrar la atención y poner fin a la hepatitis como amenaza para la salud pública de aquí a 2030.
PRINCIPAL CAUSA DE MORTALIDADCada año, la hepatitis vírica crónica causa 1,3 millones de muertes, en su mayoría por cáncer de hígado y cirrosis hepática. Esto equivale a 3500 muertes diarias, una cifra que pone esta enfermedad al nivel de la tuberculosis.
Las hepatitis B y C se están propagando silenciosamente, y cada día se registran 6000 nuevas infecciones. Pese a ser prevenibles y tratables, la carga de morbilidad sigue aumentando, en particular en las regiones con un acceso limitado a la atención.
CONOCERSELa mayoría de las personas que viven con hepatitis no saben que están infectadas. Un diagnóstico precoz es el primer paso para acceder a tratamientos que salvan vidas y prevenir el cáncer de hígado. Las pruebas diagnósticas, especialmente en el caso de las personas que viven en regiones donde esta enfermedad es endémica o que están en situación de mayor riesgo, son fundamentales para poner fin a la hepatitis.
ACTUAR AHORALa eliminación de la hepatitis está cerca. Hay vacunas, tratamientos curativos y herramientas de eficacia demostrada para detener la transmisión, pero en la mayoría de los casos, el diagnóstico llega cuando ya es demasiado tarde.
Para avanzar, son necesarios compromisos a nivel nacional, una inversión inteligente y unos sistemas de salud pública que incorporen en la atención primaria los servicios de tratamiento de la hepatitis. Invertir en diagnósticos oportunos y en cuidados integrados y centrados en las personas puede salvar vidas y detener el cáncer de hígado antes de que comience.
Compromiso social y políticas públicas sosteniblesFrente a la amenaza persistente que representan las hepatitis virales es urgente movilizar a la población general, a los responsables de políticas públicas y a los equipos de salud. Para reducir la carga de enfermedad y prevenir consecuencias graves como el cáncer de hígado es fundamental actuar desde múltiples frentes.
LLAMADO A LA ACCIÓNA nivel individual, se recomienda a la población realizarse pruebas para detectar hepatitis B y C, y asegurarse de que los recién nacidos reciban la dosis de nacimiento de la vacuna contra la hepatitis B en las primeras 24 horas de vida.
Asimismo, es importante informarse adecuadamente sobre la enfermedad y consultar con el equipo de salud sobre la importancia del diagnóstico temprano y las opciones de tratamiento, y combatir la desinformación y reducir el estigma social.
Por su parte, quienes diseñan e implementan políticas públicas deben financiar campañas de concienciación que vinculen la hepatitis con el cuidado del hígado y la prevención del cáncer, y garantizar la ampliación de la cobertura de la vacuna contra la hepatitis B al nacer, así como prácticas seguras de manejo de sangre y reducción de daños.
Es fundamental asegurar el acceso a diagnósticos y tratamientos asequibles desde la atención primaria, integrándolos en las rutas de atención existentes como VIH, ENT, salud materna e incluso el control del cáncer. También es importante incluir la prevención y el tratamiento de la hepatitis en la cobertura universal de salud y en los esquemas nacionales de seguro médico, como así promover la participación de todos los sectores involucrados e invertir en sistemas de datos sólidos para facilitar la rendición de cuentas y el seguimiento.
CONSEJOS PARA UNA BUENA CAMPAÑAPara que estas acciones tengan un impacto real y sostenido es necesario diseñar campañas nacionales de salud que sean efectivas, inclusivas y basadas en evidencia. Las claves para lograrlo son priorizar el diagnóstico y tratamiento temprano, especialmente en comunidades con alta carga de enfermedad y con acceso limitado al sistema de salud.
En igual sentido, descentralizar los servicios, acercándolos a centros de atención primaria y distritales e integrar la prevención de hepatitis en los programas existentes, como los de salud maternoinfantil.
Lo ideal es mantener el acceso gratuito y universal tanto a las pruebas diagnósticas como a los tratamientos disponibles y asegurar una financiación sostenible y utilizar los datos generados para monitorear avances, corregir desvíos y tomar decisiones informadas.
Fuente: diarionorte.com