El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición neurodesarrollada que se manifiesta desde etapas tempranas del desarrollo y causa un impacto significativo en el funcionamiento diario. Desde el aspecto alimentario nutricional, es común la presencia de sintomatología gastrointestinal (GI), como estreñimiento, diarrea y dolor abdominal. Estas particularidades generan patrones alimentarios muy selectivos, dando lugar a dietas limitadas, deficiencias nutricionales y un aumento en probabilidad de comorbilidades.
La Lic. Raquel Carranza, especialista en Nutrición se refirió al tema en un diálogo con EL LIBERAL y brindó información especialmente a padres.
"Lo que respecta a la alimentación y nutrición en el TEA está en constante estudio ya que es amplio y complejo este aspecto en general. El principal objetivo que persigue una alimentación adecuada en personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) es contribuir al desarrollo neurológico, optimizar la función gastrointestinal, prevenir o corregir deficiencias nutricionales, contribuir con el normal crecimiento", indicó.
Dado que muchos individuos con TEA presentan patrones alimentarios selectivos, hipersensibilidades sensoriales, y frecuentes alteraciones gastrointestinales, una intervención nutricional individualizada es lo fundamental y puede prevenir deficiencias nutricionales frecuentes (como hierro, vitamina D, B12, calcio, zinc y ácidos grasos omega 3), que pueden agravar síntomas cognitivos, conductuales o inmunológicos.
Un plan nutricional también mejorar la función digestiva e inmunológica, regulando la microbiota intestinal, la permeabilidad intestinal y procesos inflamatorios que están implicados en la fisiopatología del TEA contribuir al equilibrio neuroquímico: ciertos nutrientes tienen roles directos en la síntesis de neurotransmisores que están alterados en el TEA reducir síntomas co-ocurrentes como estreñimiento, diarrea y permitir un crecimiento eutrófico.
"Como se anticipó, que este aspecto está en constante estudio, existen distintos tratamientos alimentarios con enfoques funcionales como la suplementación con Omega 3, que las evidencias en estudios científicos describen que puede ofrecer una mejoría parcial en concentración, hiperactividad y comunicación. En el caso de usarlo como suplemento debe estar siempre bajo prescripción y vigilancia médica. Suplementación con Vitamina D3 en nano emulsión que mostró un aumento más eficaz en niveles séricos de 25 OH D y mejoras significativas en el índice de severidad del TEA (CARS), incluyendo habilidades sociales, lenguaje y motricidad fina, sin registrar efectos adversos", advirtió Raquel Carranza.
Tipos de dietas, compatibles con TEA
Dietas de eliminación: Gluten Free, Casein Free (GFCF), la Interpretación clínica considera que ésta puede considerarse en casos con síntomas GI o intolerancias confirmadas, siempre bajo supervisión nutricional. Requiere evaluación continua de deficiencias nutricionales y efectos en crecimiento.
Pro bióticos y prebióticos: El eje intestino cerebro ha cobrado relevancia en TEA, con evidencia de disbiosis que podría influir en la conducta a través de mediadores inflamatorios o metabólicos. La Interpretación clínica al respecto dice que Los prebióticas multicepa podrían actuar como complemento para mejorar el bienestar general y social en TEA. No sustituyen terapias psicosociales ni farmacológicas. Se sugiere usar formulaciones con respaldo científico.
Educación alimentaria en niños con Trastorno del Espectro Autista y sus familias: un componente esencial
La educación alimentaria representa un pilar clave en el tratamiento nutricional del Trastorno del Espectro Autista (TEA), ya que los desafíos alimentarios no solo se relacionan con aspectos fisiológicos, sino también con conductas, rutinas, procesamiento sensorial y dinámicas familiares. La selectividad alimentaria, las restricciones autoimpuestas y las aversiones sensoriales a ciertos sabores, texturas, colores o temperaturas son altamente prevalentes y pueden llevar a dietas limitadas y carencias nutricionales crónicas.
Rol del nutricionista: El profesional de la nutrición no solo debe evaluar el estado nutricional del niño, sino también desempeñar un rol educativo, terapéutico y adaptativo, enseñando a la familia a identificar patrones alimentarios desadaptativos establecer rutinas estructuradas en torno a las comidas introducir nuevos alimentos de manera gradual y tolerante adaptar el entorno físico y social durante las comidas para reducir ansiedad fomentar la exposición multisensorial a alimentos, incluso si inicialmente no se ingieren.
Educación dirigida a la familia: Dado que los cuidadores suelen ser los responsables de la planificación, selección y preparación de los alimentos, su involucramiento activo es imprescindible.
Fuente: El Liberal