La dieta, clave en la prevención y reducción del riesgo cardiovascular.

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La dieta, clave en la prevención y reducción del riesgo cardiovascular.
La dieta, clave en la prevención y reducción del riesgo cardiovascular.

9 de Junio, 2025-Nuevas revisiones científicas destacan que los patrones dietéticos saludables, más que alimentos aislados, son decisivos en la lucha contra las enfermedades cardíacas. Combinados con un estilo de vida activo, podrían evitar miles de muertes al año.

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, hasta el 80% de los infartos y accidentes cerebrovasculares podrían prevenirse con cambios en el estilo de vida, especialmente en la alimentación.  

   Recientes revisiones científicas en el campo de la cardiología refuerzan la idea de que no existen "superalimentos" milagrosos, sino que el patrón dietético global —junto con otros hábitos saludables— es lo que realmente marca la diferencia en la salud cardiovascular.  

   Este artículo analiza los últimos hallazgos, desmonta mitos y ofrece recomendaciones prácticas basadas en la evidencia más actualizada.  

¿Por qué la dieta es tan importante para el corazón?  

  El sistema cardiovascular se beneficia (o se perjudica) directamente por lo que comemos. Algunos mecanismos clave son:  

• Control de la presión arterial: El exceso de sal y alimentos ultraprocesados aumenta el riesgo de hipertensión.  

• Regulación del colesterol: Las grasas trans y saturadas elevan el LDL ("colesterol malo"), mientras que las insaturadas (como el aceite de oliva) lo reducen.  

• Reducción de la inflamación: Una dieta rica en antioxidantes (frutas, verduras) disminuye el estrés oxidativo, vinculado a la arteriosclerosis.  

• Mantenimiento del peso: La obesidad es un factor de riesgo independiente para ECV.  

Patrón dietético mejor que alimento aislado 

   Durante años, se ha hablado de "alimentos cardiosaludables" como las nueces, el salmón o el aceite de oliva. Sin embargo, las últimas revisiones científicas —publicadas en revistas como Journal of the American College of Cardiology y European Heart Journal— destacan que:  "No basta con incluir un alimento saludable en una dieta desequilibrada lo crucial es el conjunto de lo que se consume a diario."  


Patrones dietéticos con mayor respaldo científico  

1. Dieta Mediterránea  

• Base: Aceite de oliva, pescado, frutas, verduras, legumbres y frutos secos.  

• Beneficios: Reduce un 30% el riesgo de infarto según el estudio PREDIMED.  

2. Dieta DASH (Enfoque Dietético para Detener la Hipertensión)  

• Base: Frutas, vegetales, lácteos bajos en grasa y reducción de sal.  

• Beneficios: Disminuye la presión arterial en semanas.  

3. Dieta basada en plantas (flexitariana o vegana)  

• Base: Prioriza vegetales, legumbres y cereales integrales, con menos carne roja.  

• Beneficios: Asociada a menor colesterol y riesgo de diabetes tipo 2.  

   Estos patrones comparten características clave:  

• Alto contenido en fibra y antioxidantes.  

• Grasas saludables (omega-3, monoinsaturadas).  

• Mínimos procesados y azúcares añadidos.  

Mitos que la ciencia ha desmentido  

1. "El huevo aumenta el colesterol"  

• Realidad: Estudios recientes muestran que su consumo moderado (hasta 1 al día) no eleva el riesgo cardiovascular en personas sanas.  

2. "Las grasas son siempre malas"  

• Realidad: Las grasas insaturadas (aguacate, frutos secos) son esenciales. El problema son las trans (presentes en comida rápida y bollería).  

3. "Un suplemento de omega-3 puede compensar una mala dieta"  

• Realidad: Los suplementos no sustituyen los beneficios de comer pescado azul en el contexto de una alimentación equilibrada.  

El estilo de vida, más allá de la dieta  

   Aunque la nutrición es fundamental, su efecto se potencia con otros hábitos:  

• Ejercicio físico: 150 minutos semanales de actividad moderada reducen un 35% el riesgo de ECV.  

• Sueño adecuado: Dormir menos de 6 horas aumenta la presión arterial.  

• Manejo del estrés: La ansiedad crónica eleva los niveles de cortisol, dañando las arterias.  

   Ejemplo de sinergia: un estudio en The Lancet (2023) mostró que personas que combinaban dieta mediterránea + 30 minutos de caminata diaria + no fumar tenían un 60% menos de riesgo de infarto frente a quienes solo modificaban la alimentación.  

Recomendaciones prácticas para aplicar hoy mismo  

1. Aumentar el consumo de:  

• Verduras de hoja verde (espinacas, kale).  

• Pescado azul (salmón, sardinas) 2-3 veces por semana.  

• Frutos secos crudos o tostados (un puñado al día).  

2. Reducir:  

• Embutidos y carnes rojas (máximo 1-2 veces por semana).  

• Gaseosas y azúcares añadidos.  

• Harinas refinadas (pan blanco, pastelería).  

3. Cambios sencillos con gran impacto:

• Usar aceite de oliva virgen extra en lugar de mantequilla.  

• Sustituir la sal por especias (curry, cúrcuma, pimienta).  

• Leer etiquetas para evitar grasas trans ("parcialmente hidrogenadas").  

Lo que dicen los cardiólogos  

   Doctora Ana Sánchez, cardióloga: "Ya no hablamos de "alimentos buenos o malos", sino de frecuencia y proporción. Un trozo de pizza ocasional no es peligroso el problema es que sea la base de la dieta." 

   Doctor Carlos Fernández, investigador en nutrición cardiovascular: "La dieta mediterránea es la más estudiada y con mejores resultados, pero adaptaciones locales pueden lograrse en cualquier cultura. Lo importante es la variedad y el equilibrio." 

Pequeños cambios, grandes beneficios  

   Las nuevas revisiones científicas confirman que la dieta es uno de los pilares más poderosos para prevenir y manejar las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, no se trata de obsesionarse con ingredientes aislados, sino de adoptar un patrón alimentario saludable, combinado con ejercicio y manejo del estrés.  

   Datos esperanzadores:  

• Según la OMS, mejorar la dieta global evitaría 1 de cada 5 muertes por ECV.  

• Países como Francia y Japón, con tradiciones culinarias distintas pero basadas en alimentos frescos, tienen algunas de las tasas más bajas de cardiopatías.  

   El mensaje final es claro: nunca es tarde para empezar a comer mejor, y cada comida es una oportunidad para proteger el corazón.  

Fuente: diarionorte.com

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