Hace pocos días Santiago se vio conmovida por el caso de un niño hospitalizado en grave estado, por atragantamiento, a causa de haber consumido una golosina sólida y de tamaño considerable. Lamentablemente, estos episodios son más comunes de lo pensado, aunque por fortuna, muchos de ellos son asistidos a tiempo y se evitan los resultados negativos.
El Dr. Ángel Muratore, médico pediatra, docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, reafirmó esta realidad y consideró necesario la permanente vigilancia de los padres mientras los niños consumen cualquier tipo de golosinas.
En diálogo con EL LIBERAL, el profesional sostuvo: "Una de las preocupaciones más grandes de los papás suele ser el riesgo de que sus hijos puedan atragantarse al comer, sobre todo cuando consumen golosinas y no se encuentran bajo la supervisión de un adulto. Las vías respiratorias de los niños son muy pequeñas y sus dientes no logran una buena trituración de los alimentos, por lo que no es infrecuente que bolos alimenticios grandes pasen a la vía respiratoria, favorecidos por la inmadurez y la falta de coordinación de la epiglotis, una estructura cartilaginosa ubicada en la laringe y que cubre la vía respiratoria cuando tragamos".
Abordaje
En ese sentido, consideró que "los dulces más comúnmente asociados a asfixia fatal en niños son los caramelos en forma de bola o cilindros, que tienen casi el mismo diámetro de la vía respiratoria, por lo que se atascan y la obstruyen. Si la obstrucción es alta (laringe, tráquea u origen de los bronquios principales) el pasaje de aire se ve totalmente interrumpido y el peligro de muerte es inminente si no se actúa con prontitud", advirtió el pediatra.
Y siguiendo esa línea, Muratore explicó qué pasa si la golosina se atasca en otra parte de las vías.
"Si el obstáculo se desplazó hacia uno de los bronquios fuentes (derecho o izquierdo), el pulmón colapsará, pero el pulmón contralateral permitirá la sobrevida", indicó.
Consejos para evitar este tipo de accidentes
Para prevenir este tipo de accidentes, que lamentablemente son comunes, el pediatra brindó una serie de advertencias.
"Hay que evitar que los niños coman mientras juegan, y jamás dejarlos solos. Cuando ocurren estos tipos de accidentes, si actuamos con urgencia, las maniobras de desobstrucción pueden salvar la vida del niño. En este caso se utiliza la maniobra de Heimlich. Si el niño es pequeño, se lo coloca boca abajo sobre el antebrazo, golpeando la espalda entre los omóplatos hasta conseguir que expulse el cuerpo extraño o hasta que llegue la ayuda médica. Si el niño es mayor o la persona atragantada es un adulto, debemos colocarnos por detrás, abrazar su tronco, comprimiendo en el centro del pecho con las manos unidas", aconsejó el Dr. Ángel Muratore.
"Cada segundo es de gran importancia para evitar la muerte o secuelas severas"
El profesional resaltó además la necesidad de actuar con urgencia ante los primeros indicios de atragantamiento de una persona, independientemente si es niño o adultos. Los segundos son valiosos al momento de salvar vidas.
"Cada segundo es de gran importancia para evitar la muerte o secuelas severas producto de la falta de oxigenación de órganos vitales como el cerebro, corazón o riñones", sostuvo. Por ello remarca la necesidad de actuar en forma inmediata.
Fuente: El Liberal