Dos años de Milei- La Argentina en la encrucijada: entre la ruptura y la incertidumbre.

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Dos años de Milei- La Argentina en la encrucijada: entre la ruptura y la incertidumbre.
Dos años de Milei- La Argentina en la encrucijada: entre la ruptura y la incertidumbre.

15 de Diciembre, 2025-La promesa de "dinamitar el statu quo" colisionó con una realidad compleja, dando paso a un escenario de profunda división social.

Aquel "cheque en blanco" que la sociedad pareció extenderle durante los primeros meses de gestión ha llegado a su fin. El experimento libertario se enfrenta hoy al veredicto de una ciudadanía fatigada, cuyas esperanzas y temores se reflejan en una polarización casi simétrica, dice el balance anual de la consultora Zuban – Córdoba, que monitorea mes a mes el pulso social en relación con los poderes públicos.

   La tesis central que emerge del análisis de opinión pública es contundente: a pesar de un palpable malestar económico que golpea el bolsillo de la mayoría, el capital político del presidente Milei se sostiene sobre un electorado base cohesionado y un vacío de representación en el arco opositor que le otorga un inesperado margen de maniobra. 

   Sin embargo, el gobierno ahora arriesga su capital político al tantear consensos sociales históricamente arraigados, como el sistema de vacunación, definiendo un futuro político marcado por la incertidumbre. Este análisis se adentra en las cifras que dibujan el estado actual de la opinión pública para comprender las claves de la gobernabilidad en esta nueva etapa.

Balance dividido: el pulso de la opinión pública

   En el análisis político contemporáneo, la aprobación de gobierno y la percepción económica funcionan como termómetros clave del humor social son indicadores que no solo miden el presente, sino que anticipan la viabilidad de un proyecto. En el caso de la Argentina actual, estas métricas revelan una nación fracturada a la mitad.

  Las cifras exponen una polarización que define el momento político: la desaprobación a la gestión presidencial alcanza el 51%, mientras que la aprobación se sitúa en el 48,5%. Este equilibrio precario es la evidencia más nítida de una Argentina partida en dos, donde dos visiones del país coexisten con una intensidad similar, sin que ninguna logre imponerse de manera decisiva.

   La economía doméstica es el factor que inclina la balanza del humor social hacia el pesimismo. El impacto en el bolsillo de los ciudadanos es innegable y se refleja en datos concluyentes: un 49,7% de los encuestados afirma que su situación económica personal "empeoró" desde que Milei asumió la presidencia, mientras que, en agudo contraste, solo un 20,6% considera que "está mejor".

   Esta percepción mayoritariamente negativa sobre la economía personal erosiona el apoyo inicial y nutre el descontento. Sin embargo, y aquí reside una de las claves del escenario actual, este malestar no se ha traducido aún en un colapso del respaldo al Presidente.

Paradoja Milei: resistencia política pese al malestar

   La aparente contradicción entre un extendido descontento económico y la notable resiliencia del apoyo político al presidente constituye el nudo central del momento actual. La respuesta a cómo se sostiene un gobierno cuya principal promesa aún no se percibe en la vida cotidiana de la mayoría se encuentra en una combinación de lealtad ideológica y debilidad ajena.

   En primer lugar, el electorado base del presidente se mantiene cohesionado e incondicional. Este apoyo no se fundamenta en resultados de gestión, sino en la identidad y el rechazo a lo anterior. 

   Es un voto de convicción que ve en Milei la única alternativa para romper con un pasado que desaprueba categóricamente. Esta lealtad se cuantifica de manera clara en la intención de voto a futuro: a pesar del contexto adverso, un 38,1% de los argentinos afirma que "sí, lo votaría" para una reelección en 2027.

   En segundo lugar, el gobierno se beneficia indirectamente de un profundo vacío de representación que afecta a las fuerzas de la oposición. Un dato clave ilustra este fenómeno: un 53,1% de la sociedad está de acuerdo con que "El Peronismo ya no representa el mapa social Argentino". 

   Este dato es crucial, dado que el peronismo ha sido históricamente el principal vehículo para canalizar el descontento social y económico en Argentina. Su actual incapacidad para cumplir ese rol genera un vacío que, paradójicamente, fortalece al oficialismo al dejar al malestar ciudadano sin un cauce político claro.

   Esta combinación de un núcleo leal y una oposición fragmentada otorga al gobierno un margen para seguir impulsando su agenda, incluso para abrir nuevos frentes de conflicto en el terreno cultural.

La vacunación como desafío al consenso social

   Elegir qué batallas dar es un signo de inteligencia política. Todo gobierno debe administrar con cuidado su capital simbólico, y arriesgarlo en disputas que desafían consensos profundamente arraigados puede tener un costo elevado. Al instalar el debate sobre el sistema de vacunación, el ecosistema oficialista arriesga poner a prueba uno de los pilares de la identidad colectiva de la nación.

   Los datos muestran un consenso social abrumador y transversal a favor de la vacunación, una política pública considerada un orgullo histórico para el país: el 84,2% de los argentinos está a favor de la vacunación en general y el 78% apoya su obligatoriedad.

   Este respaldo mayoritario contrasta con el núcleo minoritario que lo cuestiona. El rechazo a la obligatoriedad, aunque bajo en el total, encuentra mayor expresión en segmentos estratégicos para el oficialismo: es del 24,4% entre los votantes de Javier Milei y alcanza el 28,8% entre los jóvenes de 16 a 30 años.

   Este enfoque, como sugiere el informe, posiciona al gobierno en una batalla ajena al sentido común mayoritario de la sociedad. La administración deberá decidir si gasta su capital político en un frente que lo enfrenta no con un adversario político, sino con una certeza colectiva asociada al cuidado y la salud pública.

Gobernabilidad en un tablero incierto

   El balance de los dos primeros años de la presidencia de Javier Milei arroja un cuadro complejo: una Argentina dividida, un malestar económico generalizado que convive con un presidente que conserva un apoyo resiliente, y un gobierno que debe decidir si invierte su energía en reformas estructurales o en batallas culturales de alto riesgo, como la de desafiar el consenso sobre la vacunación. La gobernabilidad se juega en un tablero donde todas las piezas se mueven simultáneamente.

   Una frase del informe de opinión pública captura el momento con precisión: "...Pero si algo caracteriza al presente, es la incertidumbre." El oficialismo, a pesar de su fortaleza política, enfrenta el desafío ineludible de mostrar resultados concretos y, al mismo tiempo, de evitar cruzar límites que la sociedad argentina no parece dispuesta a resignar. 

   La lección final es que, en una democracia, los proyectos más disruptivos también deben saber construir sobre consensos existentes, porque, en definitiva, la libertad —como la salud— solo florece cuando se construye entre todos.

Fuente: diarionorte.com

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