Según la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicada por el INDEC, la desocupación en el primer trimestre de 2025 se ubicó en su nivel más alto desde fines de 2021, cuando aún persistían los efectos de la pandemia. La cifra, que representa un salto de más de dos puntos porcentuales respecto del 5,7% registrado a fines de 2023, refleja una de las peores marcas de la gestión de La Libertad Avanza.
Empleo destruido y empresas cerradas   De acuerdo con un informe reciente del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), el crecimiento de la desocupación equivale a 243.000 personas que perdieron su empleo en poco más de un año. La causa principal: la destrucción de puestos de trabajo formales. Solo entre noviembre de 2023 y marzo de 2025, se perdieron más de 173.000 empleos registrados, cifra que asciende a 195.700 si se incluyen las trabajadoras de casas particulares.
   La caída del empleo se asocia directamente con el cierre de más de 11.000 empresas, afectadas por una combinación de factores: retracción del consumo interno, apertura importadora, atraso cambiario y altos costos en dólares. Las actividades más golpeadas fueron la construcción (-19%), la industria manufacturera (-17%) y el comercio (-7,3%).
   En contraste, los sectores vinculados a la exportación y recursos naturales —como el agro, el petróleo y la minería— mostraron crecimiento, aunque sin capacidad significativa de absorber mano de obra.
Más informalidad, changas y subempleo   Frente a la caída del empleo formal, crecen los monotributistas y trabajadores informales. En 16 meses se sumaron 75.000 nuevos monotributistas, muchos en condiciones de precarización o fraude laboral. Al mismo tiempo, la tasa de informalidad aumentó 1,2 puntos porcentuales en el último año.
   El fenómeno se complementa con un aumento del subempleo: más de 330.000 personas con empleo comenzaron a buscar otro para llegar a fin de mes. Así, el 24% de la población económicamente activa busca actualmente trabajo, y más del 67% de ellos lleva menos de un año en esa búsqueda.
Jóvenes y hogares, los más golpeados   Uno de los grupos más afectados por el desempleo son los jóvenes de hasta 29 años. La tasa de desocupación llega al 19,2% entre las mujeres jóvenes y al 15,1% entre los varones. Además, el 30% de los nuevos desocupados son jefes o jefas de hogar, lo que indica un impacto profundo en la economía familiar.
   La precarización no es uniforme: La Rioja y Santa Cruz encabezan la lista de provincias con caídas de empleo de dos dígitos. En Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, las bajas rondaron entre el 1,8% y el 2%, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires fue de 1%. Solo cinco provincias lograron generar empleo, con Neuquén destacándose con un alza del 3,5%.
Crecimiento sin empleo   A pesar de que el Gobierno celebra una suba del Producto Interno Bruto del 5,8% en el primer trimestre de 2025, el empleo no acompaña esa tendencia. El fenómeno, conocido como "jobless growth" (crecimiento sin generación de empleo), preocupa a economistas y especialistas.
   Según el economista Haroldo Montagu, el repunte económico se da en comparación con un primer trimestre de 2024 muy deprimido por la devaluación inicial del Gobierno. Por eso, podría tratarse más de un rebote estadístico que de una recuperación genuina del aparato productivo.
  Además, la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo no logró su objetivo declarado: desde su puesta en marcha no se creó ningún nuevo puesto de trabajo formal, según los datos del SIPA.
   En este escenario, el "lado B" del relato libertario muestra una cara preocupante: crecimiento económico sin inclusión laboral, informalidad en ascenso, empresas cerradas y una presión cada vez mayor sobre las familias trabajadoras.
 Fuente: diarionorte.com