Quilmes prepara un parate en su planta central.

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Quilmes prepara un parate en su planta central.
Quilmes prepara un parate en su planta central.

31 de Mayo, 2025-Por la brutal caída del consumo. La histórica cervecera enfrenta un desplome de ventas superior al 40% y analiza detener su planta principal. Trabajadores denuncian presiones para tomar vacaciones forzadas, incluso hasta el año 2026.

Cervecería y Maltería Quilmes, una de las marcas más tradicionales de la industria argentina, atraviesa un momento crítico. La empresa está considerando detener de forma temporal la producción en su planta central, ubicada en el partido bonaerense de Quilmes, ante un derrumbe en las ventas que ya supera el 40% y podría alcanzar el 45%, según fuentes internas.

   Este fuerte retroceso se inscribe en un contexto de brusca caída del consumo masivo, uno de los efectos más evidentes del actual rumbo económico impulsado por el gobierno nacional. En este escenario, la compañía comenzó a aplicar medidas de contención que ya generan fuerte preocupación entre sus trabajadores.

   De acuerdo con el portal especializado Infogremiales, operarios de la planta denunciaron que están siendo presionados para adelantar sus vacaciones, incluso aquellas correspondientes a 2026, como una alternativa para evitar suspensiones o despidos masivos.

   "La semana pasada nos dijeron que si no tomábamos vacaciones ahora, podrían parar la planta por 15 días, con un sueldo reducido al 75%", relataron trabajadores en diálogo con el medio. Este tipo de medidas, cada vez más frecuentes en el sector productivo, implica una pérdida real en los ingresos de las y los empleados.

   Fuentes cercanas a los delegados gremiales confirmaron que la interrupción de la producción podría concretarse en los próximos días. Desde la Federación Argentina de Trabajadores Cerveceros y Afines (FATCA) aseguran estar al tanto de la situación, aunque hasta el momento no se pronunciaron oficialmente sobre una posible intervención sindical.

   La planta de Quilmes es la más importante de la compañía, que emplea de forma directa a unas 6.000 personas y genera cerca de 130.000 empleos indirectos a lo largo de su cadena de valor. A pesar de haber sorteado numerosas crisis económicas en el pasado, esta nueva recesión —prolongada y sin señales de mejora inmediata— está afectando incluso a empresas con una alta capacidad de resiliencia.

  El posible parate en la planta madre de Quilmes representa un golpe simbólico y real para la industria nacional. Muestra con claridad cómo la pérdida del poder adquisitivo, el achicamiento del consumo interno y la falta de reactivación están impactando de lleno en los pilares productivos del país.

   Este escenario no solo alerta sobre el presente de los trabajadores cerveceros, sino que también funciona como un termómetro del deterioro económico que atraviesan miles de hogares argentinos.

Fuente: diarionorte.com

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