La medida apunta a priorizar la meritocracia y reducir la estructura del Estado.
A través de una resolución anunciada por el vocero presidencial Manuel Adorni y el ministro de Desregulación y Modernización, Federico Sturzenegger, se prohibió la asignación hereditaria de cargos en la administración pública. Hasta ahora, esta práctica permitía que familiares o cónyuges de empleados fallecidos accedieran a sus puestos de trabajo en organismos como la AFIP, Banco Central y Banco Nación.
El vocero Adorni destacó que con esa medida se terminan los privilegios y que desde ahora el ingreso será por mérito.Según el comunicado, esta medida profundiza la política de reducción del Estado, que ha incluido un recorte de 15% de la plantilla pública y el impulso de jubilaciones.
La prohibición incluye controles sobre convenios sindicales que intenten incluir estos beneficios. Por qué importa: este cambio busca terminar con los privilegios que colocaban a empleados estatales por encima de otros trabajadores, promoviendo el acceso a cargos públicos solo por mérito. La decisión reabre el debate sobre la igualdad de oportunidades y la eficiencia en la administración pública.
Adorni recordó que esta facultad, desterrada durante el gobierno de Mauricio Macri y vuelta a instaurar por la gestión de Alberto Fernández, estaba explícitamente incluida en estatutos y reglamentos de la AFIP, el Banco Central y el Banco Nación -entre otros organismos del Estado-.
"NADIE TIENE SANGRE AZUL""El delirio que se está sepultando hoy es parte de la misma lógica que reinaba en la Argentina hasta el 10 de diciembre", dijo el vocero presidencial. A partir de ahora, los cargos se asignarán por mérito y esfuerzo. "En esta Argentina, nadie tiene sangre azul", agregó.
De acuerdo con un comunicado enviado por la cartera de Sturzenegger, con esta medida "se profundiza la estrategia de racionalización del tamaño del Estado, que ya logró el recorte del 15% de la planta del personal público y la intimación para que se jubilen sin demoras aquellos empleados que están en edad de retiro".
"Este ilógico privilegio colocó a los empleados públicos por encima del resto de los trabajadores de la Argentina. Pero, de ahora en más, quien ocupe un puesto en el Estado será elegido solamente por su idoneidad.
Para decirlo con claridad, nunca deberían haber existido estas ventajas, porque la propia Constitución Nacional estableció en su artículo 16 que "la Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza".
Fuente: diarionorte.com