Con el "boom" de las casas de apuestas online, los casos de ludopatía están en aumento y cada vez a más temprana edad. "Max", es el pseudónimo con el que se hace llamar el jóven de 16 años que perdió U$D 400.000 realizando apuestas deportivas, un fiel retrato de esta problemática cada vez más alarmante.
Endiálogo con TN, el adolsecente contó que empezó a jugar a los 14 añoscon sus amigos en los recreos, con la plata que le daban para almorzar durante el día, al igual que los hacían muchos de los chicos: jugar a las apuestas con plata real es una moda. Al principio solo eran pequeños montos, el precio de un sándwich y una coca, pero ese dinero de a poco empezó a ser insuficiente.
"Perdí 80 mil dólares en 10 minutos", dice Max. En ese momento ya se encontraba en el círculo vicioso: pidió plata prestada a su círculo cercano, acumuló deudas, pero la necesidad de saciar sus ganas lo llevó a más. "Saqué un préstamo con intereses altísimos y lo perdí todo", recuerda angustiado. Ya se veían señales de una adicción.
A Max le llegaron ultimátums para que cumpliera con el pago del préstamo. Como un acto propio de un adolescente, ingenuo y desesperado, borró cada mail con advertencias y avisos de deuda, como si el problema fuese a desaparecer de esta forma. Hasta que llegó a su casa una carta documento de un estudio de abogados. "Ahí le tuve que contar todo a mi mamá y le prometí que no iba a jugar más", dice. Pero no pudo complir con su palabra: a los pocos días empezó a jugar otra vez.
La rutina de Max estaba marcada por los resultados de los partidos a los que jugaba. Apostaba con sus amigos en el colegio, y como si nada, durante las horas de clase, simplemente cuando se aburría. Pasaba noches enteras sin dormir, obsesionado con los partidos de distintas ligas en todas partes del mundo, sea de fútbol o de un deporte poco conocido para él.
Al empezar con los problemas, el adolescente empezó a reconocer que tenía una adicción, "pero no al 100%". Un verano ayudó a su padrastro a instalar una billetera virtual externa similar a un pendrive, se quedó con las claves y empezó lo peor. "Primero le fui sacando de a 40 dólares. Después de a 400, y un día llegué a perder 250 mil dólares que llegaron a ser 400 mil dólares", explica, por la subida del Bitcoin.
"Es una sensación horrible. Sentís vergüenza, sentís miedo. No querés hablar con nadie", reconoce Max de manera nerviosa. El problema ya estaba a la vista de todos y era muy difícil de parar. "La plata pierde valor por completo", dijo el chico que veía cómo estaba metido en problemas que creía que solo eran de personas mayores.
La ludopatía era una adicción exclusiva de los adultos. Ya no. ¿Qué pasó? ¿Qué cambió? El acceso a celulares, la pandemia, las presiones sociales y las páginas de apuestas ilegales sin controles son algunas de las respuestas.
Los sitios de apuestas ilegales ayudan a que el problema crezca, cuenta Max. Estas operan con links que terminan solo en ".com" (y no ".bet.ar" como las legales) o por WhatsApp. Desde números anónimos, estos cajeros solo te piden el dinero y ningún dato más para ingresar a jugar. Con tan solo eso, ya estás adentro.
"Me arrepiento de no haber parado cuando podía hacerlo", cierra. Hoy, siendo un chico, se reconoce como un jugador en recuperación.
Fuente: diariochaco.com