La devastación causada por los incendios forestales es tal que ya arrasaron con más de 2.300 hectáreas en el Parque Nacional Nahuel Huapi, en la zona de Los Manzanos, cerca de Bariloche. 
   Giardini dijo que "el incendio sigue avanzando, y las altas temperaturas esperadas para esta semana, cercanas a los 30 grados, junto con la ausencia de lluvias en los próximos días, complican el panorama. El fuego ya afecta una zona de reserva estricta en el parque, cerca del Lago Martín y Los Manzanos, a solo tres kilómetros de la frontera con Chile. Es un área inaccesible sin caminos y sin poblaciones cercanas".
   El origen del incendio parece estar relacionado con una tormenta eléctrica registrada antes de Navidad. "Aunque muchas veces los incendios también son provocados por negligencia, como fogatas mal apagadas o quemas no controladas, por la ubicación de los focos iniciales y el lugar donde cayeron los rayos, todo apunta a que la causa fueron por dos rayos que cayeron en el lugar", agregó.
   El incendio que se originó en las cercanías del Lago Los Manzanos, en San Carlos de Bariloche, ya consumió unas 1.500 hectáreas, lo que evidenció el avance descontrolado de las llamas en las últimas horas.
   Giardini señaló la necesidad urgente de reforzar los sistemas de prevención y respuesta rápida ante incendios: "Es crucial aumentar la infraestructura para el combate rápido. Los aviones hidrantes y los helicópteros son importantes, pero no son suficientes para frenar incendios de gran magnitud. La prevención y el ataque temprano son claves, y lamentablemente hoy estamos en una situación de contención, más que de extinción".
   El cambio climático también está jugando un papel decisivo en la mayor frecuencia y gravedad de los incendios. "Tenemos tormentas eléctricas más frecuentes y prolongadas épocas de sequía, agravadas por el fenómeno de La Niña, lo que aumenta el riesgo de incendios y dificulta su control".
Pérdidas irreparables   Para Giardini, el impacto de los incendios en los bosques patagónicos es "devastador". "Estamos perdiendo cipresales, coihues y lengas centenarias. Recuperar estos ecosistemas podría llevar entre 100 y 200 años, algo que ni nuestra generación ni la siguiente llegará a ver. Son áreas de altísima biodiversidad y gran valor ecológico", lamentó.
   A pesar de los esfuerzos de los brigadistas y las autoridades, las perspectivas no son alentadoras: "Probablemente sea una lluvia la que finalmente apague este incendio, pero no estamos en época de lluvias en el bosque andino-patagónico. Todo esto muestra que necesitamos prepararnos mejor para enfrentar estas situaciones".
La ley de bosques, avance insuficiente   Giardini también reflexionó sobre la aplicación de la Ley de Bosques, sancionada en 2007: "Fue un gran logro que limitó la deforestación, pero su implementación es parcial. Más de la mitad de los desmontes en el país son ilegales. Aún no es un delito penal destruir un bosque, y las multas suelen ser irrisorias comparadas con las ganancias obtenidas al reemplazar bosques por cultivos de soja o ganadería".
   "La Argentina pierde bosques también por presiones inmobiliarias y conflictos de tierras. Esto sucede no solo aquí, sino también en Brasil y Paraguay, donde la expansión ganadera y de cultivos sigue amenazando ecosistemas forestales", explicó.
Fuente:  diarionorte.com