Un robo para el Guinness de los récords

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Un robo para el Guinness de los récords
Un robo para el Guinness de los récords

28 de Diciembre, 2024-¿Quién se ha llevado mi queso? Ladrones se hicieron con un cargamento de 12 toneladas de cheddar inglés. Los robos de comida son cada vez más frecuentes. El cheddar (producido en Cheddar, Somerset) se hace más intenso mientras madura y es el más popular en el Reino Unido.

No fue un golpe como el gran robo del tren de 1963, cuando una banda detuvo el convoy de Glasgow a Londres y escapó con el equivalente de USD 65 millones de hoy ni el del distrito de las joyas de Londres, en el que un grupo de abuelos apodados la banda del geriátrico perforó una caja de seguridad a través de un muro de cemento y se dio a la fuga con 20 millones ni el del museo Steward Gardner, cuando en 1990 rateros disfrazados de policías arrasaron con obras de Degas, Rembrandt y Vermeer por valor de más de USD 500 millones.

El robo que reportamos hoy no es tan cuantioso en términos económicos, pero mucho más alimenticio, no cabe duda. Los ladrones se hicieron pasar por un distribuidor francés de quesos a restaurantes y grandes supermercados, y compraron a un par inglés doce toneladas de queso artesanal cheddar, elaborado a mano por tres pequeños productores, valuado en unos 400.000 euros. Fueron a cargarlo en el almacén con total normalidad, con el vendedor encantado y sorprendido de que un producto británico tuviera tanta aceptación internacional (el país tiene un complejo de inferioridad en lo que se refiere a comida, y si el interés viene nada menos que de la elegante Francia, se derrite con la sola mención). El fraude se reveló cuando pasaron los días sin que nadie pagara y cualquier rastro de los compradores se había esfumado como por arte de magia.

Scotland Yard detuvo en conexión con el robo a un hombre de 63 años, pero no consigue pistas del resto de la banda, que habría trabajado cuatro meses en la preparación del golpe y se habría llevado el queso a Rusia y a Oriente Medio. Colocarlo no es fácil, es como si se tratara de un Van Gogh, porque todo el mundo sabe que el queso fue robado. Así, estiman que los quesos artesanales fueron fundidos para destruir su identidad, como hacen los ladrones de joyas o de lingotes oro (el material sustraído pierde valor, pero se puede vender en el mercado negro).

Los quesos en cuestión no son un producto obtenido por maduración de la cuajada de la leche cualquiera, sino la crème de la crème, y uno de los tres (el llamado Pitchfork, de una pequeña granja de Somerset en el Oeste de Inglaterra) fue declarado en 2019 el mejor de Gran Bretaña y el cuarto mejor del mundo. Los otros dos (Westcombe y Haford) no se quedan muy atrás, y todos ellos se producen utilizan cuajo de ternera, manteca de cerdo, y leche de un único rebaño de vacas (el equivalente de un whisky de malta única o cerdos ibéricos de pata negra), con estricta vigilancia del grado de acidez. Cuando llegan a la consistencia de una masa como la de la pizza, lo dejan madurar por doce meses. Cada cosecha sale diferente, como los vinos, y los críticos admiran que "lleva al paladar el sabor complejo de la tierra".

Neal Yard, el distribuidor londinense de los quesos con sede en Covent Garden, asumió la pérdida por haber sido engañado, y pagó el valor de la mercancía a las tres pequeñas granjas productoras, cada una con entre seis y diez trabajadores (de otra forma se habrían ido a la ruina). Su único consuelo es la publicidad gratis y la posibilidad de recuperar por lo menos una parte del dinero contando la historia en una película.

Los robos de bebida y comida no son tan glamorosos como los de dinero y joyas, y por el momento no han sido objeto de una serie de tv como "La casa de papel". Lo que sí, son cada vez más frecuentes. Los rateros ya se llevaron a Italia queso parmesano por valor de un millón de euros, en Holanda el objeto de la codicia fue el gouda, y en Inglaterra voló un cargamento de salmón ahumado. Hace poco, en una operación similar a la del cheddar, un exportador alemán vendió 65.000 botellas de un excelente pinot noir de 2020, que fueron trasladadas a un almacén de Stuttgart y allí se les perdió la pista. Seguramente, alguien brindará con ellas para recibir el año 2025.

Fuente: diarionorte.com

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