25 de Diciembre, 2025-Con 326 milímetros acumulados, la capital chaqueña atraviesa el segundo último mes del año más lluvioso desde que hay registros. Especialista advierte que, más allá del fenómeno climático, el crecimiento urbano y la falta de infraestructura agravan el impacto de las precipitaciones intensas.

Con 51 milímetros registrados hasta las 7 de ayer jueves de Navidad, la ciudad de Resistencia alcanzó los 326 milímetros acumulados en lo que va de diciembre, un valor que más que duplica el promedio histórico para el último mes del año, estimado en 138 milímetros para esta zona de la provincia. Los datos surgen del informe elaborado por la Administración Provincial del Agua (APA), que contabiliza precipitaciones en 11 de los primeros 25 días del mes.

Intersección de avenidas Moreno y Alberti, ayer por la mañana, en pleno centro de la capital chaqueña. Hasta las 7 de ayer, se registraron 51 milímetros en Resistencia.

Las cifras no solo llaman la atención en el corto plazo. Si se toma el año hidrológico —que va del primero de septiembre al 31 de agosto—, la capital chaqueña ya registra 785 milímetros de lluvia, cuando el promedio habitual es de 483. La diferencia positiva alcanza así los 302 milímetros, una brecha significativa que explica la persistencia de calles anegadas, desbordes puntuales y complicaciones en distintos barrios.

Según explicó Hugo Rohrmann a NORTE, especialista en recursos hídricos, el fenómeno no es inédito, aunque sí excepcional. "No es el valor más grande de la historia en 70 años de registros, pero este diciembre se ubica en el segundo lugar. Eso está diciendo claramente que está lloviendo mucho", señaló, recordando que el récord sigue siendo diciembre de 1996, cuando se alcanzaron los 409 milímetros.

FENÓMENOS CONVECTIVOS

El especialista advirtió, además, que el impacto de estas lluvias se potencia por factores urbanos. "Este tipo de eventos ya sucedió antes, pero hoy la ciudad es mucho más grande y más impermeabilizada. El servicio público de desagües pluviales está paralizado o resulta insuficiente, entonces la misma lluvia genera mucha más agua en la calle", explicó.

En ese contexto, los episodios convectivos —lluvias intensas en poco tiempo y sobre superficies reducidas— dejan al descubierto la ineficiencia del drenaje urbano, una problemática que se repite en las grandes ciudades del país.

Calles totalmente anegadas y una muestra de la desidia humana: una bolsa de residuos flotando en el agua.

"Lo que está pasando es el crecimiento permanente de las áreas urbanas que crecen todos los días y el servicio público de desaguas pluviales está paralizado. Entonces, la misma lluvia, con una ciudad más crecida y más impermeabilizada genera mucha más agua en la calle gritando ´sáquenme de acá´", concluyó el especialista.

El tiempo: lluvias hasta fin de año y alivio recién en 2026

De acuerdo con los pronósticos de la APA y del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), las condiciones de inestabilidad se mantendrán en la región hasta el cierre del año. Persistirá la probabilidad de lluvias y tormentas, algunas localmente intensas, especialmente en el este chaqueño.

El alivio llegaría recién con el ingreso de un frente frío durante los primeros días de 2026, que permitiría normalizar gradualmente la situación meteorológica, con un descenso de temperaturas y una disminución de las precipitaciones.

Falta de inversión: una deuda clave para mejorar pronósticos

Uno de los puntos más críticos que deja al descubierto este diciembre atípico es la escasa capacidad de anticipación climática en el nordeste argentino. Rohrmann fue contundente al respecto: "El SMN no avisó que diciembre iba a ser lluvioso. La perspectiva trimestral indicaba precipitaciones por debajo de lo normal en el este del Chaco y Corrientes, y ya llevamos el doble".

El especialista en recursos hídricos, Hugo Rohrmann, fuente permanente de consulta.

Para el especialista, el problema no es sólo técnico, sino estructural. "Faltan estaciones meteorológicas y una mayor inversión en la región norte del país. La meteorología, como muchas otras políticas públicas, sigue muy concentrada en Buenos Aires y la Pampa Húmeda", afirmó.

La complejidad climática del NEA —una zona de transición entre el clima templado y el tropical— hace más difícil el pronóstico, pero no lo vuelve imposible. "Eso no inhabilita a ponerle una mirada espacial más precisa a nuestra región", concluyó Rohrmann, al subrayar la necesidad de fortalecer la red de mediciones para mejorar la prevención y la toma de decisiones frente a eventos extremos cada vez más frecuentes.

Fuente: diarionorte.com