El anuncio oficial de prorrogar hasta marzo de 2026 la baja temporal de retenciones al trigo y la cebada no calmó los ánimos del campo. Por el contrario, generó un fuerte malestar entre dirigentes y productores agropecuarios, que advirtieron que las alícuotas para el resto de los cultivos, como soja y maíz, volverán a subir desde el 1 de julio. La decisión del Gobierno Nacional desató críticas que alertan sobre una pérdida de rentabilidad y la falta de incentivos para invertir en el interior productivo del país.
La queja del sector apunta a que, si bien celebran que se mantenga la rebaja del 9,5% en los Derechos de Exportación (DEX) para trigo y cebada, la medida excluye al grueso de las exportaciones agrícolas. "Las retenciones deben eliminarse definitivamente. Ese es el camino", afirmaron desde la dirigencia rural, mientras se advierte que el regreso a las alícuotas del 33% para la soja y 12% para el maíz ahoga la posibilidad de crecimiento de muchas producciones.
En medio de un escenario de incertidumbre, referentes de confederaciones rurales cuestionaron la falta de políticas agropecuarias de largo plazo y la imposición de medidas "parciales y transitorias". Para los productores, el Gobierno no ha comprendido la urgencia del sector ni ha convocado al diálogo real con las entidades representativas. "Sin reglas claras y previsibles, no hay rentabilidad, no hay ahorro y por lo tanto no hay inversión. Y cuando eso se agota, también se agota la paciencia", afirmaron con dureza.
Desde el interior, la preocupación crece: el campo no solo genera el grueso de las divisas del país, sino que sostiene economías regionales y empleo federal. La advertencia es clara: "si el Gobierno no escucha y no corrige el rumbo, el impacto será directo en la producción y el abastecimiento".
Fuente: El Liberal
