QUIMILÍ, Moreno (C) Desde los primeros días del año y hasta el 11 de enero, como sucede desde hace décadas, llegaron cientos de jóvenes provenientes de Buenos Aires, Rosario, Córdoba y del mismo Quimilí, para realizar la misión de verano 2024.
Además de cuatro comunidades en Quimilí, se encuentran otras afincadas en localidades y parajes vecinos.
Todos los misioneros llegan a cada lugar con actividades enfocadas en los niños, pero también para visitar a las familias y llevar un mensaje de fe y esperanza en estos tiempos difíciles. Y, lo más importante, celebrando los sacramentos.
Para los niños quimilenses y de pueblos vecinos, la llegada de los misioneros significa vivir una experiencia muy especial en compañía de estos jóvenes, quienes vienen a compartir juegos, formaciones, catequesis, talleres y oraciones, momentos que los niños guardarán por siempre.
Uno de los sacerdotes que acompaña la misión, el padre Federico, contó a EL LIBERAL que es la misión más numerosa de la historia de los escolapios. "Para nosotros volver a Quimilí y a las zonas vecinas con más de 250 jóvenes de Escuelas Pías es algo hermoso, que preparamos todo el año, fundamentalmente en el corazón y con mucho trabajo para poder coordinar y tener listas las actividades que compartimos con las familias y los niños".
El sacerdote, además, destacó la riqueza del aprendizaje que se llevan los jóvenes misioneros. "Es realmente muy impactante y muy movilizante porque los chicos se descubren instrumentos de Dios, en cada abrazo de un niño o en un mate compartido con alguna familia reciben a Cristo.
Es una experiencia de mucha bendición, porque cuando llegamos pensamos que venimos a dar y realmente nos llevamos más de lo que traemos, porque nos vamos con el corazón repleto del cariño de niños y familias".
Fuente: El Liberal